
«No sé qué me pasa… Siento que algo me detiene, pero no sé qué es.»
Esa frase la escucho muy seguido en consulta. Personas que tienen claridad sobre lo que quieren, que se esfuerzan, que lo intentan… pero sienten que hay algo invisible que no les permite avanzar.
Cuando exploramos más a fondo, casi siempre nos encontramos con lo mismo: creencias limitantes profundamente arraigadas.
¿Qué es una creencia limitante?
Desde la psicología cognitiva y el enfoque terapéutico que aplico en consulta, una creencia limitante es una idea (generalmente inconsciente) que la persona ha aprendido a asumir como una verdad absoluta, y que condiciona su comportamiento, sus decisiones y su forma de verse a sí misma.
Estas creencias suelen originarse en etapas tempranas de la vida o en momentos de alto impacto emocional. Y aunque muchas veces fueron adaptativas en su momento, con el tiempo se convierten en obstáculos internos que sabotean el bienestar y los resultados deseados.
Frases como:
- “No soy suficiente”
- “Eso es para otros, no para mí”
- “Siempre fracaso en lo que empiezo”
…no son solo pensamientos pasajeros. Son estructuras mentales que influyen directamente en la forma en que la persona se relaciona consigo misma, con los demás y con el mundo.
Una técnica que uso con frecuencia en consulta
Quiero compartirte un ejercicio que suelo aplicar con mis pacientes cuando trabajamos en el cambio de creencias limitantes. Es sencillo, pero muy revelador cuando se hace con sinceridad.
🧠 Técnica del “porque…”
- Pide a tu mente que hable sin filtros
Escribe un deseo que tengas de forma clara y específica.
Por ejemplo: “Quiero emprender mi propio negocio.” - Completa esta frase:
“No puedo lograr esto porque…”
Las primeras respuestas que surjan serán probablemente automáticas. No las edites ni las analices. Solo anótalas.
Algunas respuestas comunes que he visto en consulta:- “Porque no soy lo suficientemente bueno.”
- “Porque no tengo la capacidad.”
- “Porque seguro me irá mal como a mis padres.”
- “Porque no soy lo suficientemente bueno.”
- Explora desde la emoción, no desde la razón
La mayoría de estas creencias están sostenidas por emociones como el miedo, la culpa o la vergüenza. Cuando las reconoces, no se trata de eliminarlas de inmediato, sino de observarlas desde una tercera posición y empezar a cuestionar su veracidad. - Contrasta con la realidad
En este punto invito a mis pacientes a preguntarse:- ¿Esta creencia es 100% cierta?
- ¿Qué evidencia tengo de lo contrario?
- ¿De dónde viene esta idea?
- ¿Quién me enseñó a pensar así?
- ¿Esta creencia es 100% cierta?
- Transforma la creencia en una afirmación consciente
El paso final es crear una afirmación que esté más alineada con la persona que estás eligiendo ser. No se trata de repetir frases vacías, sino de construir una nueva narrativa interna.
Ejemplos:- “Estoy aprendiendo a confiar en mi capacidad para emprender.”
- “Puedo empezar sin tener todo resuelto, y aprender en el proceso.”
- “Merezco experimentar la vida con plenitud, aunque tenga miedo.”
- “Estoy aprendiendo a confiar en mi capacidad para emprender.”
Lo que he observado en terapia
En pacientes que practican esta técnica de forma constante, he visto mejoras significativas en su autoconcepto, en su capacidad de tomar decisiones alineadas con sus valores, y sobre todo, en la forma en que se relacionan con sus metas.
El verdadero cambio empieza cuando dejas de ver tus pensamientos como verdades absolutas… y los ves como lo que son: construcciones mentales que puedes transformar.
¿Te gustaría que te guíe en un proceso más profundo para trabajar tus creencias? Escríbeme y lo vemos juntos.